La Marcha del 1 de Mayo en Santa Ana y otras ciudades es un llamado a la acción contra estas políticas y acciones antiinmigrantes. Los activistas buscan generar conciencia sobre la importancia de la reforma migratoria integral y la protección de los derechos de los inmigrantes, en un contexto donde la retórica y las políticas discriminatorias están en aumento.
El discurso de Donald Trump, con sus afirmaciones sobre la inmigración ilegal y su promesa de aumentar las deportaciones, refuerza la necesidad de una resistencia y una lucha continua por la igualdad y la justicia para todos, independientemente de su origen o estatus migratorio.
Las leyes promulgadas en estados como Florida, Texas e Iowa representan un claro ataque a la comunidad inmigrante y sus derechos laborales y humanos. La movilización y la protesta en el Día Internacional de los Trabajadores son una respuesta a estas políticas discriminatorias y una demanda de cambios significativos que reconozcan la humanidad y las contribuciones de los inmigrantes a la sociedad.
En última instancia, la Marcha del 1 de Mayo es una manifestación de solidaridad y unidad en la lucha por la igualdad y la dignidad de todos los trabajadores, sin importar su nacionalidad o estatus migratorio.
