POR CÉSAR DALMASÍ
Recientemente visité la ciudad de Puerto Plata y aunque he ido varias veces, en este último viaje pude observar, sentir y vivir el romanticismo que envuelve la cotidianidad de esta exuberante ciudad, enclavada al norte de la República Dominicana entre montañas, ríos, lagos, lagunas y cristalinos arroyos que se besan con el Océano Atlántico confundiéndose en el vergel que regala la loma Isabel de Torres; provocando todo esto en sus visitantes y residentes un éxtasis indescriptible.
Y es que Puerto Plata con su singular infraestructura de estilo Victoriano que en la actualidad es la colección más antigua del caribe con ese estilo que evoca el siglo XIX y con su estructura que muestra un concepto modernista, haciendo que se conjuguen elementos visuales que dan a Puerto Plata una belleza única y un contraste primoroso, adornada a su vez por su malecón que brinda al visitante la magnífica oportunidad de disfrutar del sonido provocado por el vaivén de las olas del Atlántico y allá en el infinito en el espacio sideral se encuentra la reina de la noche, la Luna que con su luminosidad se hacecómplice de los besos furtivos de los enamorados y nuestra la original belleza de una ciudad Romántica, que enamora y que nos lleva a vibrar de emoción con ese romanticismo que hace volar al éter al más mortal de los seres humanos.
Oh, Puerto Plata siempre con tus límpidas calles que dicen fehacientemente quienes son tus autoridades y de cómo te cuidan tus habitantes para que no pierdas tu belleza y se mantengas tu esplendidez, esa misma ostentosidad que te ha convertido en esa ciudad en donde habita Dios y que invito a visitar para el disfrute de sus inefables y amorosos encantos.
Puerto Plata ha parido grandes hombres y mujeres, como El General de División Gregorio Luperón, el Barítono Eduardo Brito, Juan Lockward o el mago de la media voz cantante y compositor, el famosísimo Chef de fama internacional Mike Mercedes, don Emilio PrudHomme autor de nuestro Himno Nacional, Ulises Heureaux presidente de la República,entre otros personajes históricos; pero también los fósiles de ámbar más antiguos del mundo se encuentran en tu Museo del Ámbar y ese Fuerte de San Felipe, que imponente e incólume siempre está dispuesto para tu defensa.
Puerto Plata es una ciudad histórica, de ensueños, de juergas y jaranas a orillas del Atlántico, allí no hay cabida para la tristeza, Puerto Plata es alegría, es arte, cultura y más, definitivamente es la ciudad que brinda todo lo que buscas para sentirte bien, para enamorarte y estremecerte de emoción, ciudad idílica que con sus primores te eleva al paraíso celestial; con gran razón eres la novia del Atlántico, ese océano que te escogió a ti como su pretendiente, aunque ese mismo Atlántico acaricia ciudades como Cádiz, Río de Janeiro, Mar del Plata, Cartagena de Indias e incluso las Islas Azores pero en ninguna encontró los encantos que te adornan a ti Puerto Plata y por eso se quedó contigo y para ti.
Es que la novia del Atlántico no sólo es gente buena, afable y amigable, también es la dueña de una prístina hermosura expresada en su ecología, en sus campos y en sus frutascomo lo describen sus poetas y cantautores, el mango, el Mamey, la piña, tu famoso aguacate, naranja, limón, cajuil, guayaba y ahora la pitahaya, frutas que forman una verdadera policromía haciendo que color y olor se conjuguen hasta enloquecer con su sabor a tus visitantes, Puerto Plata querida, Puerto Plata del alma, que bueno que eres parte de República Dominicana, porque siendo así me das la oportunidad de pavonear por todo el mundo lo encantadora que eres.
Puerto Plata, eres la inspiración de poetas y cantores, eres la ambrosía que alimenta a los dioses, con tu néctar que embriaga de amor hace adicto al visitante obligándolo a regresar a ti que siempre lo espera con los brazos abiertos tal cual lo hace el Cristo Redentor desde el cenit de la montaña Isabel de Torres, con el murmullo de tu viejo e histórico teleférico, allí quiero estar, allí quiero volver puerto plata de mi vida, Puerto Plata de mis amores.
