El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, restó importancia al incidente ocurrido ayer en Veracruz, cuando le arrojaron una botella de agua durante una manifestación en contra de la reforma del Poder Judicial. En su conferencia matutina de este lunes, el mandatario afirmó que “no pasó a mayores” y que la persona responsable “puede estar tranquila” porque él es partidario de evitar castigos.
«Al que tiró la botella ayer, ese puede estar tranquilo, no pasa nada. Es que no pasa a mayores», aseguró López Obrador, quien también pidió a sus seguidores actuar con «respeto y tolerancia». El presidente, quien inauguraba el Centro Cultural «Leyes de Reforma» en Veracruz, fue recibido con insultos y gritos de «dictador» por parte de los manifestantes, pero el objeto lanzado no lo alcanzó.
López Obrador, conocido por su afición al béisbol, bromeó sobre la situación: “Yo empecé jugando béisbol, era fielder, imagínense si no sé, si hasta la pude haber agarrado, pero no pasó a mayores”, comentó, minimizando el suceso.
La protesta surge en medio del descontento por la reciente reforma al Poder Judicial, promulgada el 15 de septiembre por el presidente tras su aprobación en ambas cámaras del Congreso y en la mayoría de los congresos estatales. La reforma incluye, entre otros puntos, la controvertida propuesta de elegir jueces, magistrados y ministros por voto popular, lo que ha generado tensiones dentro del país y a nivel diplomático con Estados Unidos y Canadá, principales socios comerciales de México.
Además, un sector del Poder Judicial ha iniciado una huelga en rechazo a la reforma, anunciando que continuará hasta al menos el 2 de octubre.