Las Fiestas Patrias de Chile, una de las celebraciones más significativas del país, concluyeron este año con un saldo trágico de 98 fallecidos, según informaron las autoridades el lunes 23 de septiembre. De este total, 61 personas perdieron la vida en accidentes de carretera y 37 fueron víctimas de la violencia relacionada con el crimen organizado.
El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, expresó su preocupación por el creciente uso de armas de fuego, vinculando gran parte de los asesinatos con el narcotráfico y las organizaciones criminales en Santiago. «Tenemos una deuda pendiente con reducir la cantidad de armas que circulan en nuestras calles», afirmó Vergara, al destacar que se registraron seis homicidios más en comparación con 2019, otro año en que las festividades duraron cinco días.
En cuanto a los accidentes viales, el aumento del 64 % en comparación con 2019 ha encendido las alarmas. El jefe de la zona Santiago Oeste de Carabineros, Juan Muñoz, señaló que algunos de los homicidios podrían estar relacionados con ajustes de cuentas entre bandas criminales.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, afirmó que la captura de los responsables de estos crímenes es una prioridad para el gobierno. Sin embargo, su declaración previa de que estas cifras eran «habituales» desató fuertes críticas desde la oposición, que ha solicitado decretar un estado de excepción en la capital.
Este aumento de la violencia en Chile ha generado un debate sobre la creciente inseguridad en el país, impulsada por el crimen organizado transnacional. Aunque Chile sigue siendo uno de los países más seguros de Latinoamérica, la tasa de homicidios ha subido de 4,5 por cada 100.000 habitantes en 2018 a 6,3 en 2023, lo que refleja la magnitud del desafío.