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Santo Domingo. – En un mundo cada vez más digitalizado, la ciberseguridad y la privacidad de datos se han convertido en pilares fundamentales para proteger tanto a las personas como a las empresas. La dependencia diaria de la tecnología y el Internet —que facilita la vida personal, profesional y comercial— ha abierto también nuevas brechas que los ciberdelincuentes aprovechan con rapidez y sofisticación.
De acuerdo con Gustavo Vallejo, director del Máster en Ciberseguridad de Spain Business School, los datos personales son hoy el motor de la economía digital, lo que los convierte en el objetivo principal de los atacantes. Desde el robo de identidad hasta la extorsión con información médica, los riesgos se multiplican con el avance de la inteligencia artificial y la proliferación de técnicas de manipulación en línea.
El experto subraya que la seguridad no es solo un asunto técnico, sino una responsabilidad compartida entre individuos, familias, empresas y estados. Al igual que en el siglo pasado se crearon políticas de seguridad vial, hoy urge implementar políticas claras de ciberseguridad y formación estructurada desde las escuelas, incluyendo capacitaciones para padres de familia.
Las empresas, por su parte, deben adoptar un enfoque integral que combine políticas, tecnología y entrenamiento continuo, aplicando modelos como Cero-Confianza y Resiliencia Organizacional, además de garantizar apoyo emocional a los equipos de seguridad, sometidos a una alta presión constante.
“La ciberseguridad no es un favor, es una responsabilidad”, advierte Vallejo, recordando que las organizaciones deben asumir que los ataques son inevitables y prepararse con políticas sólidas, entrenamientos recurrentes y responsabilidad legal en caso de incumplimientos.
El mensaje es claro: proteger los datos y la privacidad en línea es tan esencial hoy como respetar un semáforo en las calles; ignorarlo puede tener consecuencias graves tanto para las personas como para las organizaciones.