Este jueves, los equipos de rescate continúan con sus incansables labores de búsqueda tras el devastador terremoto que golpeó la costa este de Taiwán el miércoles, catalogado como el segundo más intenso en la historia de la isla.
Según el Centro de Respuesta de Emergencias (CEOC), hasta el momento se han reportado diez víctimas fatales y más de 1,000 personas heridas como resultado del sismo. Sin embargo, la principal preocupación se centra en las más de 600 personas que siguen atrapadas o desaparecidas, especialmente en el Parque Nacional Taroko, uno de los puntos turísticos más importantes de Taiwán.
A pesar de los desafíos causados por el mal estado del terreno y las constantes réplicas, los equipos de rescate siguen concentrando sus esfuerzos en esta zona, mientras la Agencia Meteorológica Central (CWA) reporta más de 400 réplicas en los alrededores del condado oriental de Hualien, la zona más cercana al epicentro del sismo.
Además, se espera un frente que traerá lluvias en las zonas montañosas del centro y este de Taiwán, aumentando el riesgo de deslizamientos de tierra y avalanchas.
El CEOC ha coordinado un despliegue masivo de recursos para las labores de rescate, con la participación de 7,860 militares, policías y bomberos, así como de aeronaves y vehículos. La prioridad es salvar a las personas atrapadas y desaparecidas.
A pesar de la tragedia, también hay buenas noticias. Las comunicaciones con Hualien se han restablecido parcialmente y la línea de ferrocarril entre los condados de Yilan y Hualien ha retomado sus operaciones antes de lo previsto, gracias a los esfuerzos de limpieza y reparación durante la noche.
Por otro lado, las empresas de semiconductores, vitales para la economía taiwanesa, han reportado daños mínimos y han logrado restablecer gran parte de su producción.
Este sismo, que se ha catalogado como el más intenso desde 1999, sirve como recordatorio del constante riesgo sísmico que enfrenta Taiwán, ubicada en una zona de alta actividad tectónica entre las placas filipina y eurasiática.
