Santo Domingo, República Dominicana – En un momento crítico en la República Dominicana, donde la nación enfrenta un brote epidémico de dengue con más de 14,000 casos sospechosos y 13 trágicas muertes confirmadas este año, un descubrimiento sin precedentes sacude la comunidad médica. Hoy confirmamos el primer caso de transmisión intrauterina de dengue en nuestro país, un evento que plantea cuestiones cruciales y nos recuerda la necesidad urgente de la prevención y la conciencia.
El pediatra e infectólogo Clemente Terrero hizo este anuncio en una rueda de prensa en el Colegio Médico Dominicano (CMD), donde estuvieron presentes la madre y la recién nacida afectadas por este evento asombroso y preocupante.
Los síntomas se manifestaron rápidamente: fiebre y malestar en la madre poco después de dar a luz a través de una cesárea, seguidos de fiebre e irritación en la recién nacida a los tres días de vida. Inicialmente, las pruebas serológicas en la madre no dieron indicios de infección, lo que hace que este caso sea aún más impactante y relevante en el campo de la medicina.
Este caso desafía lo que creíamos saber sobre la transmisión del dengue. Mientras tradicionalmente se asociaba con la picadura de mosquitos infectados, esta evidencia sólida muestra que también existe la posibilidad de que el virus sea transmitido de madre a hijo durante el embarazo. Esto no solo representa un misterio médico intrigante, sino también una llamada urgente a la acción.
La República Dominicana mantiene la alerta epidemiológica por el dengue, y este descubrimiento debería hacernos más conscientes de la gravedad de la situación. El dengue es una enfermedad viral aguda que puede ser mortal. Se manifiesta con fiebre alta, cefalea intensa, dolor muscular y erupciones, lo que la convierte en una amenaza significativa para la salud pública.
Este caso de transmisión intrauterina es un llamado de atención. Es un recordatorio de que debemos ser proactivos en la prevención, la educación y la conciencia pública. Juntos, como sociedad, debemos tomar medidas para erradicar este brote y garantizar que futuras generaciones no enfrenten las mismas amenazas a la salud. La ciencia avanza, y nosotros también debemos hacerlo.
Mantengámonos informados, sigamos las pautas de salud pública y trabajemos unidos para abordar este desafío crítico. Nuestra salud y la de las generaciones futuras dependen de ello.
