Samaná se ilumina con un acto de compromiso humano mientras la Comisión Permanente de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados visita la Fortaleza de Santa Bárbara. Encabezada por la incansable diputada Lily Florentino, acompañada por los legisladores Santiago Lizardo Vilorio y Ramón María Ceballos, esta iniciativa tiene como objetivo principal asegurar el respeto y cumplimiento de los derechos y deberes de los privados de libertad.
Durante la visita, la diputada Florentino expresó su compromiso inquebrantable: «Apoyaremos a los internos para que se sigan fortaleciendo a nivel profesional y velaremos para que siempre se les respeten y se les dé un trato especial como seres humanos». Un mensaje poderoso que resuena con la promesa de dignidad para cada individuo, independientemente de su situación.
El diputado Santiago Vilorio destacó que todos los penados se encuentran en buenas condiciones físicas y emocionales, subrayando la importancia de apoyar a la penitenciaría para que continúe avanzando por el camino correcto. La visión es clara: condiciones óptimas que fomenten la rehabilitación y el respeto por los derechos fundamentales.
El diputado Ceballos enfatizó la admirable labor que se está llevando a cabo en la prisión, donde cada recluso ve respetados sus deberes y recibe el trato que merece. Un reconocimiento a la dedicación de aquellos que trabajan incansablemente para transformar vidas y brindar oportunidades para la reintegración.
Los privados de libertad compartieron sus sueños y aspiraciones, solicitando apoyo para la creación de una panadería. Con un terreno disponible dentro de la correccional, buscan la oportunidad de trabajar dignamente. Un simple pedido que representa la esperanza y la posibilidad de un nuevo comienzo.
Al concluir la visita, el director de la prisión, Víctor José Acero, elogió la excelente conducta de los prisioneros y abogó por brindarles más oportunidades. «Los presos necesitan más oportunidades porque han demostrado un buen comportamiento», resaltó Acero, subrayando la importancia de reconocer el potencial de transformación en cada individuo.
En esta jornada, la Fortaleza de Santa Bárbara se convierte en un faro de esperanza y compromiso con los derechos humanos, recordándonos que cada gesto, cada oportunidad, marca la diferencia en la construcción de un futuro más justo y humano.
